09/04/2016

Naturaleza

Por Semana Santa he ido a Solsona con mis padres en una excursión de fin de semana. Disfrutando del ambiente rústico, fuimos a un restaurante donde hacen carne asada y tienen animales en un terreno cerca. Como llevaba mi cámara, me dediqué a sacar fotos de todos los pueblos que visitamos y también saqué algunas fotografías de los animales y los alrededores del restaurante.

Dos de mis fotografías favoritas son la de el ojo de una cabra que estaba tras una reja y la de una pila de troncos. La fotografía de la cabra me gusta por la combinación de colores del pelaje y el ojo. Los dos son de tonos marronosos, casi ámbares, y contrastan en gran medida con la reja, que es de color gris oscuro.

La fotografía de los troncos es, a primera vista, muy poco interesante y blanda; pero al retocarla un poco (aumentar el contraste y la saturación, bajar el brillo y hacer la fotografía más cálida) los troncos adquieren unas tonalidades preciosas que hacen que esta fotografía destaque enormemente. De todos modos, he podido comprobar que no tan sólo los colores modificados de esta fotografía son impactantes, sino que al editarla en la escala de grises he visto que puede resultar elegante y rústica a la vez al utilizar una paleta de blanco, negro y tonalidades grisáceas con un contraste alto y poco brillo. La fotografía editada en la escala de grises es ahora el fondo de este blog.



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